viernes, 11 de noviembre de 2011
CONFIANZA 4
La verdad es que la carencia no hace otra cosa que atraer más
carencia.
La magia está en que sólo pueden cambiar con las herramientas
que les proporciona el lado que más les satisface. No se puede
cambiar para bien sin las herramientas que son las virtudes
puestas en práctica, en beneficio propio, porque el secreto no es
cambiar las medidas de las porciones, sino cambiar la torta.
Ese es el campo de probabilidades, si agrandamos la torta
las porciones se agrandan. Podemos cortar porciones distintas,
podemos hacer que el campo de probabilidades sea diferente.
Aumentan las posibilidades de éxito.
El campo de probabilidades diferente es el que pone en funcionamiento
los potenciales y reside en nuestro inconsciente.
No es de fácil acceso por medio del raciocinio, hay que utilizar
métodos poco comunes para acceder. Las puertas están
dentro de un campo misterioso, y este campo misterioso sólo
deja de serlo cuando ponemos nuestra confianza en funcionamiento,
es decir, nuestra fe en nuestras habilidades.
Para dar otro ejemplo prestado: “puedes estar en control de
tu cuerpo, de cómo tomas la pelota, pero después de soltarla, el
resultado no depende en absoluto de ti”.
La parte que no depende de uno, es la que depende de la resonancia
armónica y aquí es donde la fe y la confianza juegan su
rol. El resultado comienza con una serie de factores controlables
por uno mismo, pero el logro no depende de uno en absoluto. De
hecho, lo único que podemos hacer para favorecer el resultado
es esperar lo mejor, aceptando que el logro más allá del resultado,
se habrá cumplido, pues habremos aprendido algo.
El logro está más allá del resultado.
El logro es el APRENDIZAJE.
Para que haya confianza debe haber valentía, debemos conocer
nuestro valor y este debe moverse en el plano de la flexibilidad,
sin juicio, ni preconcepto, con inocencia y en libertad. Completamente
enamorados de nosotros, sin esperar nada del afuera.
Sólo con atención en lo mejor de nosotros mismos. En completa
renuncia al reconocimiento de los demás y con completa
aceptación del propio reconocimiento. Sin recompensa, sabiendo
que la compensación vendrá a su debido tiempo y forma.
Sé que lo que estoy escribiendo suena ideal y les aseguro
que sé lo difícil que es encarnar esta sensación.
Este es el preámbulo para sugerirles entonces la meditación,
el Reiki, el yoga, cualquier línea de técnicas o ejercicios, la que
les resulte más conveniente para dejar de resistir lo mejor.
Más sugerencias:
• Los baños de inmersión o las duchas largas, sirven para
aflojarse. No lo dude, aproveche los beneficios del contacto con
el agua.
• El silencio y la observación de la Naturaleza, sirven. Salga
a dar un paseo.
Encuentre la paz, entréguese y haga un pacto consigo mismo,
con algo que le produzca profundo placer. Si se le hace difícil,
tranquilícese, ya pasará y NO HAGA. Porque probablemente lo
que haga con esfuerzo no dará resultados.
Reconcíliese con Ud. mismo, haga una tregua hasta encontrarse
en paz. Y trátese con paciencia amorosa.
Porque la confianza tiene que ver con la liberación de nuestro
propio y cruel juicio para con nosotros mismos.
Para dejar de ponerse en juicio continuo nadando en el pasado…
No juzgue a los demás, ni a ninguna situación. Empiece por
ahí. En vez de sentarse con sus amigas a criticar a otras, empiece
por hablarse a Ud. de lo que le pasa y lo que le gusta.
Suéltese de las amarras de la aprobación externa y del reconocimiento
externo. Súmese a la aprobación interna y el reconocimiento
interno. Conózcase a Ud. mismo a través de los demás,
SIN JUICIOS.
El otro no es tan malo como Ud. piensa, Ud. tampoco es tan
malo como piensa. Ud. no es tan bueno como cree, el otro tampoco
es tan bueno como Ud. cree.
Todos los que caminamos en esta vida somos más o menos
iguales y anhelamos más o menos lo mismo:
NUESTRO PARAÍSO HECHO REALIDAD.
Liberarse es responderse a estas preguntas básicas de nuestra
fuente más profunda, es hundirse con valentía en lo más
profundo de la pileta del presente.
• ¿Quién soy?
Cuando cumplo las promesas que me hago a mi mismo,
no necesito ni el juicio, ni la aprobación de nadie.
Somos luz del Universo actuando mediante un cuerpo humano.
Un universo inmerso en otros universos que interactúan entre
sí, a través de diferentes dimensiones.
• ¿De donde vengo?
De la Fuente que no nació, ni morirá, y a la que vuelvo eternamente.
• ¿Para qué estoy aquí?
Para crear paraíso en mí presente.
La confianza tiene un truco, nada la hace permanente, debe
reforzarse una y otra vez. No existiría evolución si así lo fuera.
En cambio es eterna, no tiene principio, ni fin. La Fe existe
más allá de mí, dentro mío, alrededor mío y es infinita. La única
persona o situación que la limita soy yo mismo, por lo que la
percepción y la observación de la realidad se vuelven imprescindibles
a la hora de encarnar la Fe
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario